Guías - GPC |
Escrito por Mª Paz Conde Gil de Montes |
Viernes, 15 de Julio de 2011 14:10 |
Aunque el acceso a las guías de la National Institute for Health and Clinical Excellence (NICE) está en la página de inicioparece interesante contar con la referencia de las principales guías de interés en Salud Mental. De especial interés es la guía 113, sobre manejo de los trastornos por ansiedad generalizada y ataque de pánico (con o sinagorafobia) en Atención primaria, especializada y Salud pública. Se puede acceder a la guía en la siguiente página: http://guidance.nice.org.uk/CG113/NICEGuidance/pdf/English odescargarla directamente del siguiente enlace (361,7 kb):http://www.nice.org.uk/nicemedia/linice.org.uk/nicemedia/live/13314/52599/52599.pdfve/13314/52599/52599.pdf |
Última actualización el Viernes, 15 de Julio de 2011 14:16 |
domingo, 17 de julio de 2011
Guía NICE sobre trastorno de ansiedad generalizada y ataque de pánico
Las fobias y los miedos
jueves, 14 de julio de 2011
Agorafobia
La agorafobia, a menudo erróneamente se piensa que es el miedo a salir fuera de la casa. A pesar de que muchas veces puede ser el resultado de esta fobia, no es una definición apropiada. En su fundación, esta fobia es el miedo de ocupar un lugar en donde la persona afectada no tiene ningún control, en el caso de un ataque de ansiedad. Es decir, no hay vía de escape inmediatamente accesible ni hay ninguna manera obvia de asistencia. Una persona que sufre de este temor, a menudo limita su exposición a un entorno en el que mantener un alto nivel de control (es decir, su casa). A continuación, vamos a explorar algunas de las causas de la agorafobia, cómo se manifiesta y los métodos utilizados para tratar la condición.
Causas
Aunque existe alguna evidencia de que la agorafobia es más frecuente en algunas familias que en otras (lo que implica una causa genética), la mayoría de los científicos de la conducta de acuerdo en que la condición es similar a otras fobias. Es decir, el miedo es el resultado de una reacción emocional aprendido a un evento traumático. Muchas personas que sufren de fobia a este informe que comenzó cuando fueron expuestos a un peligro percibido en un entorno que era desconocido para ellos. A menudo, la experiencia lo llevó a la ansiedad abrumadora y comenzaron a evitar la obsesiva cualquier situación en la que la experiencia podría repetirse.
Síntomas y diagnóstico
Cuando alguien que sufre de agorafobia se expone a un espacio abierto no familiarizados con las rutas de salida, a menudo experimentan síntomas similares a un ataque de ansiedad. Su corazón comienza a latir con fuerza y el ritmo se acelera. La respiración es difícil. El sudor empieza a salir y emerger la sensación de náuseas. Aquellos que están gravemente afectados, incluso pueden experimentar dolores en el pecho y una sensación palpable de que pueden morir. A menudo, estos síntomas ocurren rápidamente y por lo general desaparecen en 30 minutos.
Tratamiento
Uno de los métodos más comunes (y efectiva) que se utiliza para el tratamiento de la agorafobia es la terapia de exposición gradual y estrategias de la desensibilización. Esta consiste en exponer a la persona a una serie de circunstancias que implican un nivel poco a poco en aumento de riesgo o peligro. Para algunos, este tratamiento puede comenzar con el simple hecho de salir de su casa. Para otros, más adelante en el tratamiento, esto podría implicar visitar un parque lleno de gente o un centro comercial. Muchas personas que sufren de esta fobia también practican la respiración profunda y ejercicios de relajación para manejar su ansiedad.
Agorafobia: encerrados por el miedo
Ana odiaba el verano. Verano es sinónimo de vacaciones, y salir de vacaciones, salir de casa, de las calles y plazas conocidas de su ciudad, de las reconfortantes rutinas diarias, de sus espacios más o menos seguros, le da un miedo terrible. Y es que Ana es agorafóbica, al igual que lo es el tres o el cuatro por ciento de la población adulta de los países occidentales.
La agorafobia es uno de los trastornos de ansiedad más incapacitante para la vida diaria de los pacientes a los que se enfrenta el profesional de la salud mental. El nombre del trastorno surge de la combinación del término "ágora", plaza pública de las ciudades-estado de la antigua Grecia y "fobia", temor, por lo que la definición literal y simplista del trastorno sería la de miedo a los espacios abiertos. Literal y simplista porque la agorafobia, como bien saben quienes la padecen, es mucho más que el simple temor a deambular por la calle. El Manual Diagnóstico de los Trastornos Mentales (DSM-IV-TR), de la Asociación Americana de Psiquiatría, define la agorafobia como el miedo a estar en lugares o situaciones de los que puede ser difícil o embarazoso escapar, o en los que puede no disponerse de ayuda en el caso de sufrir un ataque de pánico o síntomas similares a los del pánico (mareo, caída, despersonalización, desrealización, pérdida del control de esfínteres, vómito, molestias cardíacas).
Como consecuencia de este miedo, la persona evita las situaciones temidas, las soporta con gran ansiedad o malestar o necesita ser acompañada, convirtiendo así su temor en muchas ocasiones en una cárcel física, que no solo emocional, que limita sus movimientos a aquellos espacios y situaciones donde se siente segura. Agorafobia y ataques de pánico suelen ir frecuentemente unidos, de hecho la mayoría de los pacientes en tratamiento relaciona el inicio de sus problemas agorafóbicos con la ocurrencia de un primer ataque de pánico en el contexto de una determinada situación: en el coche, en el trabajo, en la calle, haciendo la compra, etc. pero no siempre es así.
Hay otros pacientes en los que el temor a sufrir una crisis puede ser sustituido por la preocupación de verse humillado en público o incapacitado por las consecuencias de una indisposición física, como consecuencia de enfermedades tales como la incontinencia o la pérdida del control de esfínteres.
El temor a sufrir una crisis y la evitación de todas aquellas situaciones que se anticipa puedan provocarla, terminan atrapando al agorafóbico en un bucle sin aparente retorno donde la anticipación de los síntomas físicos y emocionales provocados por la ansiedad le coarta cada vez más, mientras que su propia limitación autoimpuesta le impide aprender cómo hacer frente a los síntomas temidos. Así, poco a poco y si no se pone remedio al progreso del trastorno, el simple hecho de evitar múltiples acciones cotidianas como, por ejemplo, subir en el ascensor, ir al supermercado, llevar a los niños al colegio, viajar en coche o salir de vacaciones, se va a traducir en incapacidad para asumir responsabilidades y, en general, en una muy baja calidad de vida.
Por otra parte, la necesidad cada vez más imperiosa de ir siempre acompañado de una persona de confianza que pueda prestar ayuda en caso de necesidad hace a esos pacientes establecer lazos de dependencia casi absoluta con algún allegado, al que en muchas ocasiones manipulan descaradamente para que esté a su servicio y los acompañe a todas partes como una especie de perro lazarillo, lo que termina perturbando fácilmente su vida familiar.
No hay un perfil claro del paciente propenso a la agorafobia, es algo que puede pasarle a cualquiera. No obstante, se han detectado algunas vulnerabilidades como, en el plano biológico, la de aquellas personas que tienen un sistema nervioso autónomo especialmente reactivo o, en el psicológico, aquellas que se preocupan en exceso por la salud al haber convivido con una enfermedad propia o de un familiar.
La buena noticia es que vencer la agorafobia es, en casi todos los casos, posible si la persona se pone en manos de un profesional de la salud competente y experimentado. Desde el punto de vista psicológico, la intervención terapéutica que se ha revelado más eficaz es aquella que está encaminada a romper el círculo vicioso en el que se encuentra atrapado el paciente, exponiéndole de forma paulatina y progresiva a todo aquello que teme y le asusta.
• Para saber más:
miércoles, 13 de julio de 2011
ansiedad
El fenómeno de fraccionamiento de respuesta en la ansiedad se refiere al hecho de que los tres sistemas de respuestas pueden no covariar entre sí no pueden estar disociados presentan sincronía.
La hipótesis de que la ansiedad y la depresión se sitúan en los polos de un mismo continuo es asumida en el concepto de neuroticismo neurosis sindrome neurótico general.
No es una categoria de fobia específica la fobia tipo: animal ambiente natural social.
Todos los siguientes trastornos de ansiedad figuran en el DSM-IV excepto fobia social fobia especifica trastono de evitavión.
Aplicando los criterios del DSM-III o DSM-IIIr, la fiablilidad del diagnóstico ha sido claramente menor para: el trastorno de ansiedad generalizada fobia social trastorno obsesivo-compulsivo.
La CIE-10 no considera trastorno de ansiedad el trastorno obsesivo compulsico el trastorno de panico la agorafobia.
¿Qué trastorno primario se asocia a menos trastornos de ansiedad comórbidos? fobia especifica trastorno de ansiedad generalizada fobia social.
El trastorno de ansiedad más comórbido como diagnóstico secundario es fobia social fobia específica trastorno de ansiedad generalizada.
El trastorno de ansiedad que tiene un período de máximo riesgo entre los 6 y los 11 años es fobia social trastorno de ansiedad de separación la agorafobia.
De acuerdo con el modelo tripartito sobre afectividad, ansiedad y depresión, un aspecto específico de la depresión es bajo afecto positivo alto afecto negativo hiperacitivación fisiológica.
De acuerdo con el modelo tripartito, la hipertactivación fisiológica es un fenónmeno especifico de la ansiedad común a la ansiedad y depresión común a la ansiedad, depresión y afecto negativo.
En la depresión predominan afecto positivo y negativo bajos afecto positivo y negativo altos afecto positivo bajo y negativo alto.
Para el DSM-IV solamente uno de los siguientes trastornos es considerado como trastorno de ansiedad especifico de la infancia y adolescencía, ¿cúal? trastorno de ansiedad de separación trastorno de evitación trastorno de hiperansiedad.
¿Cuál de los siguientes trastornos no es codificaco por el DSM-III-R como específico de la infancia y adolescencia? fobia social trastorno de evitación trastorno de hiperansiedad.
La ansiedad es una respuesta de naturaleza anticipatoria reflesiva pasiva.
El trastorno de estrés postraumático es definido y caracterizado diagnósticamente por primera vez en la CIE-9 el DSM-III el DSM-III-R.
Uno de los cambios que aparecieron en la tercera edición del DSM-III fue la supresión del concepto de neurosis inclusión de la neurosis neurasténica inclusión de las neurosis fóbicas.
lunes, 11 de julio de 2011
La vida frente a una fobia
Son las denominadas fobias, palabra que deriva de fobos, pánicos, que era la personificación del miedo en la mitología griega. Las fobias se engloban en los trastornos de ansiedad. "La fobia es un miedo intenso y desproporcionado hacia cualquier tipo de estímulo que cursa con ansiedad y hasta con crisis de pánico. La fobia es un tipo de ansiedad", explica el psiquiatra Antonio Bordallo, de la Unidad de Salud Mental Málaga Centro.
Sus nombres son muy llamativos. Normalmente se construyen utilizando como prefijo el nombre de algo con su raíz griega que se suma a la palabra fobia. Pero, ¿cómo se hace fóbica una persona? "Pues rechazando lo que incomoda o genera ansiedad, no enfrentándose con esas situaciones", apunta Rafael Navarro, especialista de la Unidad de Gestión Clínica de Psiquiatría del Hospital San Cecilio.
Pueden aparecer en cualquier momento. No tiene por qué existir desde la infancia, aunque sí hay muchas teorías que ponen precisamente en los primeros años de la vida el origen de muchos miedos de los adultos. Bordallo apunta que generalmente aparecen al final de la infancia y la adolescencia. Pero hay que distinguir fobia de miedo. La fobia genera un rechazo total al elemento o situación que la provoca y llega a incapacitar a la persona que la sufre porque no puede enfrentarse a ella y porque causa incluso problemas de salud como palpitaciones, sudor y hasta pérdidas de consciencia. "Fobia es cuando provoca un malestar importante y limita a la persona. Casi todas las fobias están desencadenadas por cosas potencialmente peligrosas", sostiene Bordallo. Hay tres grandes grupos de fobias. Agorafobia, fobias simples y fobia social.
La primera agrupa todas aquellas en las que el individuo ve falsamente comprometida su posibilidad de huida. Puede tener fobia a los transportes públicos, a hacer cola, a alejarse de casa, a lugares abiertos, e incluso a verse atrapado en una caravana de coches. "Es la más limitante porque condiciona la vida", apunta Bordallo. Puede padecerla hasta el 1,8% de la población y hasta el 6% de las personas a lo largo de su vida.
Las fobias simples son a algo muy concreto. A las cucarachas, a la sangre, a las inyecciones, a las alturas, a la oscuridad... "Casi todo el mundo tiene alguna, pero son las menos limitantes porque son fáciles de evitar. Éstas pueden llegar a padecerlas hasta el 11% de la población.
Las fobias sociales son aquellas en las que el sujeto padece un miedo extremo e injustificado, por ejemplo, a hablar en público o a conocer gente nueva. Hay distintas estimaciones que las sitúan entre el 3 y el 13% de prevalencia. Según los especialistas, las fobias sociales están eclosionando porque en la actualidad las exigencias en este sentido cada vez son mayores.
Navarro explica que la reacción del fóbico puede ser la de evitar totalmente la situación o el elemento que genera la fobia o la de valerse de amuletos u objetos con los que se siente seguro y cree que puede superar esta situación. Pero estas soluciones no son válidas porque con ninguna de las dos se supera la situación ni tampoco se eliminan los efectos vitales o sociales que puede tener la fobia. La solución es el tratamiento especializado dirigido por psiquiatras al ser un trastorno de ansiedad relacionado con la salud mental.
¿Pero cuándo hay que consultar a un especialista? Bordallo contesta que cuando la fobia limite la vida del sujeto. Por ejemplo, si se tiene fobia a la oscuridad, bastará con dormir con luz o con la puerta entreabierta. No hará falta ir al psiquiatra. Pero si el miedo a las cucarachas provoca que una persona deje de salir de casa, es hora de acudir al especialista. "Hay que consultar cuando repercute en su funcionalidad", aconseja Bordallo.
Existen algunas muy concretas que no tienen mayor importancia ni repercusión en la vida cotidiana, pero hay otras que no deben minimizarse ya que pueden conducir al alcoholismo o combinarse con ansiedad y depresión.
Muchas personas con fobias no consultan a un especialista, sino que adaptan su vida a ella. Navarro explica que suelen recurrir a la rituales personales o fetiches para superar lo que temen. Hay fóbicos que echan mano de talismanes u objetos que les dan sensación de seguridad y que no son más que un sistema de autoconvencimiento de que no va a pasar nada. "Es como el que se pone la misma ropa para un examen, utiliza el mismo bolígrafo o se pone los mismos zapatos cada vez que monta en avión. No hacen nada, pero ayudan psicológicamente al fóbico a superar la ansiedad que le genera la situación", sostiene el psiquiatra del Hospital San Cecilio. Pero la solución no es ni esquivar la situación ni asirse a un amuleto, sino consultar a un especialista porque hay tratamiento. Éste suele ser cognitivo-conductual para que la persona se pueda enfrentar de forma gradual a la situación a la que teme. "Es decir, para que sea capaz de vencer ese miedo", explica Bordallo. Este tratamiento suele ser suficiente en las fobias simples. Pero a veces, en la agorafobia hay que recurrir además a fármacos.
Hay algunas fobias archiconocidas, como la claustrofobia, pero hay otras tan insólitas como rebuscadas. Por ejemplo, la trihexafobia que es el miedo irracional al 666.
Este articulo me encanto porque explica con suma claridad la existencia de los tres grupos dentro de los cuales se clasifican todas las fobias. Yo padezco de fobia social y por lo tanto articulos como este, escritos por personas serias y bien informadas, son un aporte real y valioso que me ayudan a comprender el contexto general de mi enfermedad. Ojala que todas las personas que escriben articulos en internet sean tan responsables.